Por último, toca el embalaje, para mí es como un ritual, lo trato con devoción, con cuidado y con cariño, me aseguro de que el contenido vaya lo mejor protegido posible y además, quiero que cuando recibas mis flores sea una experiencia única y mágica en todos los aspectos posibles. He creado algo especial, único y con mimo para tí.
Me encantó ver su cara al abrir el paquete, descubrir su ramo, y todo lo que aquella caja tenía reservado para ella, sin duda, el momento por el que todo merece la pena. Esta vez tuve la suerte de poder verla en “directo”, un momento que es irrepetible y que casi nunca puedo presenciar. Aquí os dejo el unboxing que Marta hizo con su ramo, ¡No os lo perdáis!